Esta entrada será breve porque últimamente entre seminarios, congresos y “retreats” me queda poco tiempo para el laboratorio y menos aún para escribir pero de tanto tiempo como he pasado últimamente sentada en una sala mirando PowerPoints y escuchando a gente (más o menos prestigiosa) hablar de su trabajo varias cosas me han llamado la atención.
Muy atentos todos si, pero…¿por cuánto tiempo?
Desde luego no es la primera vez que observo ciertos detalles pero es de veras impresionante que científicos con una carrera ya establecida sean tan malos comunicadores. La explicación no es achacable tan sólo al hecho de que hasta hace poco no existían esos cursos prácticos sobre cómo dar presentaciones sino a algo más profundo y también muy típico de la profesión: la absoluta carencia de empatía.
Algunos pensarán ¿qué c$&% tiene que ver una cosa con la otra? Pues mucho, si no todo pues cuando la persona que está dando la presentación mira a una audiencia de más de 25 personas y más de la mayoría anda mirando las paredes si no echando una siestecita es que algo no está bien en su modo de comunicar. Pero claro, para eso sería necesario que dicha persona apartara la vista de sus diapositivas o de sus zapatos, en el caso de los más tímidos, e intentara buscar el contacto con la audiencia.
Por otra parte una de los básicos déficits de empatía que la mayoría parece sufrir cuando prepara una charla es pensar en el tipo y nivel de la audiencia a quien va dirigida porque algunos (la mayoría) consideran que TODO el mundo es un experto en SU materia o bien, que esta es TAN importante que todos deberían saber el significado del acrónimo SPF-3r (acabo de inventármelo pero seguro que en algún contexto existe…y debería saberlo) y así ocurre que en seminarios que se suponen de contenido más o menos genérico se convierten en una charla sólo apta para expertos y un auténtico suplicio para la mayoría.
Curva de la atención respecto al tiempo |
Otro tema que acaba con mis nervios (quizá debido a mi limitada capacidad de concentración) es la duración. Cualquiera que haya recibido una clase de formas de comunicación eficaz o que haya pasado por el sistema educativo conoce, aunque sea por experiencia, la llamada curva de la atención que supone que hay un pico de atención al principio de la charla que va dismunuyendo a lo largo de la misma y que repunta en el momento en que se presentan las conclusiones. Por ejemplo en una presentación de unos 40 minutos que es la duración que se suele pedir a los ponentes que preparen el mínimo de atención se alcanza hacia los 30 minutos repuntando en los últimos 10, con las conclusiones finales. Para una charla de 45 minutos, los últimos 5 o 10 minutos deberían reservarse para preguntas, que seguro surjen si uno ha hecho el trabajo bien y no toda la audiencia está dormida. Sin embargo, la realidad es que a la mayoría siempre le falta tiempo para comentar sus últimas 10 o 15 diapositivas de datos, que además en muchos casos ni siquiera aportan información relevante y podrían dejarse de lado. Y si me preguntan, diré que lo peor es…el engaño. Cuando dicen que en este último par de diapositivas les muestro blablabla y tú inocente, desesperada por salir del sopor infernal de la charla de marras te lo crees y después descubres que ese par de diapositivas se convierte en otros 15 minutos de diatriba incesante quieres morir…o matar.
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¿Un fondo de diapositiva rosa? Mejor que no |
En cuanto al diseño de las diapositivas ya ni hablamos: texto en color que no destaca sobre el fondo, gráficos con ejes con notación lejos de ser sobreentendida, o que ni siquiera se comentan o diapositivas donde se concentran tantos gráficos que no sabes ni dónde mirar…a menos eso sí, que el atento ponente te señale con el puntero láser. El problema es que éste suele moverse más que la pelota de un partido de tenis entre Federer y Nadal así que lo mejor que puede ocurrir es que si le prestas atención acabes con dolor de cabeza o ciego, si el láser acaba apuntando en tu dirección.
Estas son algunas de las cosas que yo he observado…¿y vosotros? animaos a contadme que errores os parecen más frecuentes entre los científicos/docentes cuando exponen su trabajo en público. Y para que no os pase lo mismo que a ellos haced bien los deberes (ref. 1 y 2). Si quereis pasar un buen rato os recomiendo leer el artículo que Gottfried Schatz escribió sobre el tema para FEBS letters y os puedo asegurar que el sí es un buen ponente.
Me decian mis profesores que para tener una referencia cada diapositiva llevaba comentarla aproximadamente 2 minutos. Así, en una presentacion de 10 minutos basta con 5-6 diapositivas incluyendo titulo. En las buenas charlas no se si se cumple exactamente esta regla, pero lo que me tengo fijado es que en las que me resultan aburridas al final, para unos 40 minutos, hay alrededor de 60 diapositivas. Una locura. Parecen pocas 1 cada 2 minutos, pero realmente creo que esta relacion se acerca bastante a la ideal, almenos para tener una primera referencia.
Estoy de acuerdo con tus profesores e incluso reduciría el número si las diapositivas tienen un contenido complejo. En el caso de que contengan sólo texto y no sean ABSOLUTAMENTE necesarias también me desharía de ellas. Acabo de salir de una charla de más de una hora y 10 minutos de duración y no te exagero si te digo que al menos había 85 diapositivas. Como imaginarás desconecté a partir de la 35 😉
Sin duda lo peor, es cuando alguien lee las diapositivas… Lo veo un sin sentido, lo ideal es fotos, gráficos o lo que sea y los comentarios del que habla sobre ellos. Y no el que habla leyendo directamente la diapo.. Personalmente odio los ppt, las veces que he tenido que hablar, he usado pizarra para estructurar, vídeos y fotos para darle dinamismo y todo comentado, con el mínimo de letras en pantalla.
De hecho es un sinsentido leer el texto de la diapositiva porque está demostrado que o se atiende a lo que se dice o se lee lo escrito así que si está escrito es absurdo repetirlo tal cual, si es un concepto realmente importante al menos parafrasear es recomendable.
En cuanto a los ppt como dices son realmente odiosos en la mayoría de casos y se vienen oyendo voces que abogan por desterrarlos porque no aportan nada más que información inútil en un porcentaje elevado de casos…veremos cómo evoluciona la cosa y si se convierte en otro caso más de tecnología desterrada como el CD.