Verduras más apetecibles con CRISPR

verduras apetecibles con CRISPR
¿Cómo hacer que esta col sea tan apetecible como el chocolate?

Decir que la fruta y la verdura son sanas es casi de perogrullo. Pero todos sabemos que por más sanas que sean hay algunas verduras que por su sabor o su textura se hacen difíciles al paladar y provocan rechazo. Pues bien, este rechazo puede terminar gracias a la edición genética. CRISPR promete hacer las verduras y las frutas más apetecibles.

Una empresa biotecnológica americana, Pairwise Plants, piensa aplicar la tecnología de edición genética CRISPR en numerosas especies vegetales: desde el trigo y el maiz al algodón y la soja, pasando por lo que nos interesa: frutas y verduras.

La primera que han modificado es un tipo de col similar al kale y usada a menudo en la cocina asiática que aunque rica en minerales y vitaminas y que cocida tiene un sabor similar a las espinacas pero que en crudo tiene un sabor como a rábano picante que resulta algo desagradable. Los responsables de la compañía dicen que han conseguido reducir el grado de picante pero sin dejar que la verdura pierda totalmente su sabor. Aunque están todavía en fase de experimentación y no saben cuál será el sabor que tendrá al final esta col. Aunque hablan de que saldrá al mercado en un año o dos. Eso si, en cuanto al precio y disponibilidad aún no hay datos.

Para modificarla han usado CRISPR, unas “tijeras” moleculares que pueden cortar el ADN de manera dirigida y escindir e incluso reemplazar genes de interés en las células de, en este caso, esta col. Para saber qué genes querían cortar, esto es, qué genes eran los responsables del sabor “picante” de esta col asiática, lo primero que hicieron fue comparar el ADN de esta planta con la de sus “primas” las coles de la familia Brassicacea. Y una vez encontraron estos genes, los cortaron y los borraron de las plantas, de tal forma que el picante fue reducido en mayor o menor manera, dependiendo del gen que cortaran.

Otra de las ideas es hacer las moras más atractivas quitándole las semillas, porque según esta empresa, esa puede ser la razón de que no sean tan atractivas para los consumidores como las frambuesas o las fresas, aunque si me preguntan a mí diré que simplemente el sabor es incomparable…

En la Universidad de Pennsilvania, Yinong Yang planea crear un champiñón que no se ennegrezca y se ensaya con editar las plantas de cacao para hacerlas resistentes al cambio climático.

Lo mejor de esta tecnología, desde el punto de vista legal y de percepción social es que, como no implica el uso de genes de otros organismos, y por tanto no supone la producción de organismos transgénicos tanto el público como las agencias gubernamentales no tendrán tantos problemas para aceptar estas nuevas variedades en el mercado. Yo mientras tanto no paro de preguntarme cómo sabrán esas moras, porque lo de la col reconozco que en principio no me interesa demasiado 😛

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