Una sensación de flipar.

Después de una -larga- pausa hoy rompo el hiato en que tengo sumido al blog, por falta de tiempo y ganas, por una buenísima razón. Los que me seguís estaréis al tanto de que hace ya más de un mes estuve en Bilbao dando una charla en Naukas. Esta charla que trataba sobre la sinestesia, fenómeno sobre el que ya escribí aquí, fue una experiencia increíble. A pesar de ciertos problemas técnicos, con un PowerPoint que falló mucho más de lo debido, y de que aún tengo bastantes cosas que pulir al hablar en público, puedo decir que me siento más que satisfecha. Mucho más que con cualquier otra charla que haya dado antes, y esto se debe a que por una vez sentí que lo que hice sirvió para algo.

Me explico: a raiz de la charla, por Twitter y por email varias personas se pusieron en contacto conmigo para explicarme que a gracias a la charla habían descubierto que ellos experimentaban uno u otro tipo de sinestesia. Personas adultas que gracias a diez minutos de una charla de divulgación habían descubierto algo sobre sí mismas que desconocían y a lo que ahora pueden poner nombre.

Otra de las personas que me escribió, Miren Karmele Gómez (@MirenKarmele11), ya sabía que era sinesteta. Es además artista. Y ha tenido el detalle de regalarme el nombre del blog en imágenes, tal y como ella lo experimenta. Un lujo que no puedo dejar de agradecer. Os dejo aquí las imágenes que corresponden a las dos palabras que componen el nombre de esta casa: Starving Neuron, y os recomiendo que vayáis a echarle un ojo a su web donde hay ejemplos de la representación visual de palabras y canciones que son una maravilla.

Es posible que el blog siga en stand by aún por una temporada más, porque la tesis me tiene saturada, agotada y sin ganas de acercarme al ordenador ni a 100 metros de distancia, pero hay cosas como ésta, que te sacan una sonrisa en los días malos, que merecen ser compartidas.

Starving
sinestesia
Neuron