Resumen final del Foro de Gastein

El último día no pude asistir a ninguna de las charlas del programa, porque debido al tema de los refugiados y el hecho de que el tratado de Schengen ha dejado de aplicarse entre las fronteras de Alemania y Austria, volver a casa se convirtió en un viaje más largo que la vuelta al mundo de Willy Fog -¿exagerada yo? :P- De cualquier modo, si quería comentar aquí la entrega del premio europeo de salud al proyecto MiMi (salud para migrantes por migrantes), un programa de salud intercultural desarrollado por y para ciudadanos migrantes. Este proyecto empezó a desarrollarse ya en 2003 en Alemania y se basa en entrenar personas migrantes con un buen nivel de educación, integradas y comprometidas con un alto nivel de alemán para que actuén como mediadores en los temas de salud, facilitando el acceso tanto a medidas preventivas como a información relevante en cuanto a tratamientos. Entre los aspectos más destacados del proyecto y que le hicieron recibir el premio está el bajo coste de implementación y el impacto y la transferabilidad de este tipo de intervención. Es un ejemplo a seguir por el resto de estados miembros, especialmente dada la situación actual de flujos migratorios hacia Europa.

Para terminar me gustaría simplemente reflejar mi opinión sobre la conferencia en su conjunto. Personalmente, y dada mi formación científica, un encuentro de salud europea donde las discusiones se centraban fundamentalmentalmente en aspectos políticos no me resultó especialmente atractivo. Fundamentalmente porque eché en falta la concrección típica de los encuentros científicos, tanto en datos como en medidas, la sensación que me he llevado es que se habla mucho pero se emprende poco. Quizá sea simplemente una característica de la política, pero creo que en un tema tan importante como la gestión de la salud pública, hacen falta más que palabras. Sin embargo, he aprendido algunas cosas y he conocido gente interesante, y eso es lo que me llevo de esta experiencia. Con todo, prima la sensación de que algo falla en la intersección entre ciencia y política, faltan intermediarios que comuniquen a los políticos qué y cómo ha de llevarse a cabo independientemente de las apariencias o de los votos que cueste. Este, me parece es el verdadero reto del futuro.