¿Para qué sirven las neurociencias?

Esta entrada participa en la I edición del Carnaval de Neurociencias.

Esta entrada quedó tercera en esta edición del Carnaval. Gracias al jurado.

La pregunta, que abre el primer carnaval de Neurociencias de la blogosfera en español, ya parece implicar una finalidad, un uso, una empleabilidad o una aplicación práctica. Ya sea en tratamientos para enfermedades o herramientas de detección, entre otras, pero desde mi punto de vista y desde mi trabajo, que es en neurociencia básica, lo que hacemos sirve ni más ni menos que para saber más.

Quizá a algunos les pueda resultar insuficiente, quizá sin la justificación de esa aplicación práctica dedicar dinero a lo que hacemos les parezca absurdo, innecesario. Sin embargo no existe nada más básico que la necesidad humana de buscar respuestas y, aunque a algunos pueda bastarles con las que ofrecen cuentos de hadas como las religiones, creo que no existe mejor medio que la ciencia para encontrarlas. El cerebro ha sido, y aún lo es, un gran desconocido para nosotros. Hasta que a finales del XIX Santiago Ramón y Cajal no estableciera la teoría neuronal ni siquiera se sabía que el sistema nervioso estaba compuesto por células y desde entonces, a pesar del gran avance tecnológico y humano que ha permitido ahondar en sus misterios, aún sabemos muy poco. Y lo que sabemos genera nuevas preguntas, preguntas que debemos, queremos responder.

En el colegio aprendemos sobre los cinco sentidos, y cómo se supone que se transmite y se integra la información que recibimos a través de ellos, pero lo que aprendemos son sólo pinceladas superficiales de algo que parece sencillo pero en realidad es un proceso tan complejo de desentrañar que cada día mantiene ocupados a miles de científicos de todo el mundo.

Eso por no hablar de las capacidades cognitivas superiores: la capacidad de pensamiento introspectivo, el desarrollo del lenguaje, la consciencia de nosotros mismos…Todas estas capacidades, cuasi exclusivamente humanas, aún escapan a nuestro entendimiento y la única manera de encontrar la explicación a estos fenómenos es a través de las neurociencias. De una combinación de esfuerzos a todos los niveles: estudios funcionales a nivel celular y de sistemas, genética, biología molecular y modelado informático, pruebas psicológicas y si, también modelos animales.

La semana pasada tuvimos el día de puertas abiertas en mi centro de investigación y la mayoría de las preguntas que nos hacía la gente era sobre procesos del pensamiento, sobre la percepción, sobre el sueño. Alguno también quería saber sobre enfermedad, porque necesitaban entender el porqué de lo que ocurría a un familiar o de lo que experimentan en su propia piel. Y para poder dar respuestas a preguntas como ésas, yo y muchos otros trabajamos cada día, para poder cambiar el “no lo sé” por una respuesta concreta.

En resumen, para mí las neurociencias sirven para entender un poco quiénes somos, cómo funcionamos, qué nos mueve. Y pueden parecer preguntas filosóficas pero las respuestas a esas preguntas sólo pueden darlas las neurociencias. Por eso para mí las neurociencias sirven fundamentalmente para eso, para saber qué es un humano. Y ya de paso saber qué son los otros. Los otros animales con sistema nervioso, claro.

4 thoughts on “¿Para qué sirven las neurociencias?

  1. Estoy completamente de acuerdo con la afirmación: las neurociencias sirven para saber más.
    Nunca se sabe que aplicaciones puede llegar a generar o no el nuevo conocimiento, sólo el responder preguntas llena un espacio vital en nuestro ser y genera una sensación de asombro y admiración por la naturaleza y eso para algunos de nosostros es suficiente. Obviamente que si lo conocido puede tener una aplicación practica pues bienvenida.
    Además los humanos somos animales, recordemos que solo los animales poseemos sistema nervioso y al estudiarlo podemos conocer mejor nuestra naturaleza.
    saludos.

  2. La afirmación “Y pueden parecer preguntas filosóficas pero las respuestas a esas preguntas sólo pueden darlas las neurociencias” constituye una osada apuesta para un científico. De hecho, no hay antecedente alguno que permita postular que no es posible saber qué es la Conciencia a través de la simple observación de la historia evolutiva de la vida, en particular de la historia evolutiva del ser humano. Hago mención a la Conciencia por cuanto saber qué es ella, cómo y porqué surgió, abrirá la puerta a un amplio debate filosófico.

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