La crisis también llega a la Ciencia

Hace relativamente poco escribí sobre la futura Ley de Investigación y Ciencia y lo que parecía ser un cierto interés de las autoridades políticas en la promoción del desarrollo científico…bien, si este interés existía ha chocado de frente con la CRISIS.
El año pasado en España se denominó “Año de la Ciencia”, nombre rimbombante con que los mandamases pretendían, una vez más, colgarse la medalla del apoyo a la Investigación y bajo este emblema se crearon las Unidades de Cultura Científica (UCC), estructuras adscritas a universidades o centros de investigación públicas dedicadas a la difusión de la cultura científica. Aunque poco se ha oído o visto del trabajo de estas UCC (al menos fuera de sus ámbitos de producción), lo que no deja de sorprender es que tan sólo un año después de su puesta en marcha un recorte presupuestario derribe toda una estructura de comunicación que, sin duda, si era necesaria hace un año no lo es menos en la actualidad. Lo peor de todo es que ni siquiera han ofrecido posibilidades alternativas de financiación (¿privada?) con lo cual todo el esfuerzo de los comprometidos con esta iniciativa resulta inane y una vez más queda la sensación de que desde las instituciones sólo se busca la propaganda cuando se promueven enmiendas a la situación de la ciencia en España.Todos somos conscientes del alcance de la crisis económica y de la insostenibilidad de ciertas estructuras, pero ¿no hubiera resultado más lógico en vez de crear 70 UCC (de las cuales seguro que la mayoria se concentran en Madrid o Barcelona, donde hay más universidades y centros del CSIC (Centro Superior de Investigaciones Científicas) crear una por comunidad autónoma (hacen 17) y dotarlas de recursos suficientes como para hacer una labor que realmente despierte la atención pública?….no sé mucho de gestión, pero parece evidente que a veces concentrar esfuerzos permite alcanzar mayores objetivos, y en ciencia sabemos que colaboración y la comunicación son primordiales.
¿Os habeis preguntado cómo funcionarían las cosas si en vez de políticos fueran científicos quienes organizaran la política científica? Posiblemente la visión sería más cercana a la “realidad” de la i+d pero también resultaría realmente difícil evitar que en vez de discutir sobre la tediosa legislación acabasen debatiendo sobre el origen del universo…C’est la vie