Cuestión de sexo (1)

Reflejo del día a día de un científic@

Ayer tuve una epifanía bueno…no. Pero lo que si descubrí fue que al parecer la guerra de los sexos aún sigue abierta y que hay un gran desconocimiento en torno a las diferencias biológicas entre hombres y mujeres y lo que realmente implican, al menos a nivel de comportamiento. Así que si quereis profundizar un poco más allá del “Porqué los hombres no escuchan y las mujeres no entienden mapas” seguid leyendo, aunque si buscais pelea os equivocais, esto no va de profeminismo o defensa de la superioridad del macho.

Lo primero y por si algun@ aún no lo tiene claro: hombres y mujeres somos diferentes.
Aparentemente así piensan hombres y mujeres: ¿te lo crees?

Dado que el comportamiento viene determinado por el sistema nervioso han de ser las diferencias en la construcción de éste las que expliquen esta divergencia eso si ignoramos la fuerte influencia de la educación y el papel de los roles culturales, claro.En la década de los 90 el sociobiólogo Edward Wilson resumió las diferencias del comportamiento entre los sexos: los hombres serían mejores en matemáticas y en localización espacial (pensamiento abstracto) así como tenderían a poseer un comportamiento más independiente, dominante y agresivo mientras que las mujeres por contra serían superiores en lenguaje, manifestaciones artísticas y estéticas así como capaces de una mayor capacidad emocional y empática.Así podría explicarse porqué, por ejemplo, existen profesiones donde existe una clara mayoría de hombres como pilotos de aviones o ingenieros mientras hay otras mayoritariamente femeninas (psicología, enfermería). Pero ¿existen pruebas tangibles que apoyen estas diferencias?

Se ha comprobado que hombres y mujeres procesan información, manejan las emociones y emplean el lenguaje de forma muy distinta. En la literatura sobre el tema aparece con frecuencia la referencia a diferencias en el tamaño: el del cerebro al completo, el de ciertas áreas o incluso en cuanto a número de neuronas pero creo que la diferencia fundamental a que debemos referirnos es la relativa a funcionalidad y ésta viene dada por cambios en la conectividad, en la arquitectura del cerebro, no necesariamente por el tamaño. Es más, en términos generales, las diferencias de tamaño desaparecen cuando se corrigen factores como la diferencia de tamaño corporal, peso y otras variables fisiológicas como la diferencia de masa muscular entre los sexos  pero para ser fieles a los datos (sin compensar por los factores antes citados) como media el cerebro masculino es un 10% mayor que el femenino y tiene un 4% más neuronas, pero hay más conexiones entre neuronas en el femenino (ref. 1).
Diferente ultraestructura cerebral: los hombres (izquierda) tienen más materia gris(cuerpo neuronas) mientras las mujeres(derecha) tienen más materia blanca (fibras nerviosas).

En los últimos años el advenimiento de nuevas técnicas de imagen como la resonancia magnética funcional (RMF) han permitido estudiar con mayor detalle la naturaleza de estas diferencias. Así  varios estudios independientes demostraron diferencias anatómicas en diversas áreas cerebrales: por ejemplo, en las áreas de Brocca y Wernicke -ambas relacionadas con la comprensión y procesamiento del lenguaje-  se observó que en el cerebro de las mujeres  estas áreas eran más voluminosas lo que apoyaría la superioridad femenina en el pensamiento asociado al lenguaje (ref. 2y 3) también se ha descrito en referencia al lenguaje verbal que las mujeres emplean ambos hemisferios cerebrales simultáneamente al procesar palabras mientras los hombres usan sólo el hemisferio dominante (el izquierdo en el caso de personas diestras) aunque curiosamente este mismo estudio encontró que los orientales que emplean lenguaje ideográfico (simbólico) independientemente de su sexo emplean ambos hemisferios al mismo tiempo (ref. 4) ¿cómo explicaría esta similitud el señor Wilson?.  En torno a la mayor comunicación interhemisférica en mujeres existe controversia en cuanto a la arquitectura del cuerpo calloso, que unos estudios han encontrado mayor en mujeres  (ref. 5) mientras otros no parecen haber encontrado diferencias significativas (ref. 6) pero un estudio publicado el pasado año lo que viene a argumentar es que la diferencia fundamental es microestructural, a nivel celular, pero en cualquier caso esta nueva evidencia apoya que en mujeres la interacción entre ambos hemisferios es más fuerte (ref. 8).

Por contra el lóbulo parietal inferior (LPI) que es una estructura simétrica situada sobre ambos oídos, parece estar más desarrollado en hombres y su tamaño parece estar correlacionado con la habilidad matemática. La parte izquierda se relaciona con la percepción del tiempo y el espacio así como con la capacidad de rotar figuras en el espacio mientras que la derecha tiene la capacidad de comprensión de relaciones espaciales y la posición relativa de las distintas partes del cuerpo. De hecho, la importancia de esta área en pensamiento abstracto parece corrobarse en estudios postmortem pues se ha encontrado que Albert Einstein así como otros matemáticos y físicos presentan un gran desarrollo en esta área. (ref. 7)
 Ni mejores ni peores: DIFERENTES.
Pero una de las preguntas que realmente queremos responder es ¿por qué reaccionamos de manera tan diferente cuando nos enfrentamos a un conflicto emocional? ¿o frente al dolor? por eso, no todos los estudios se han centrado en estudiar el cortex cerebral, que es responsable de las funciones cognitivas más complejas, otros se han ocupado de estudiar el sistema límbico, más relacionado con el control/descontrol de las emociones.
Sin embargo, ese tema merece un capítulo aparte.
Para resumir: hoy la Ciencia ha demostrado que sí existen diferencias entre hombres y mujeres a nivel biológico pero lo que no está claro todavía (a pesar de la teoría propuesta  por Simon Baron Cohen sobre el efecto de la testosterona durante el desarrollo embrionario) es cuál es el origen de estas diferencias ¿es debido al efecto del cromosoma YvsX, al efecto de ciertas hormonas o más bien un producto social-cultural?.
Tampoco estas diferencias sirven de argumento para juzgar una superioridad intelectual que no sólo es producto de la generalización (ni todas las mujeres tienen problemas con las matemáticas ni todos los hombres son incapaces de manejar el lenguaje) sino que además los correlatos a nivel del comportamiento de estas diferencias están altamente influenciados por variables externas como la educación, la cultura y los estereotipos sociales,como también discutiremos en otra ocasión.