¿Nature, Nurture o las dos?

¡Pero cómo se parece este niño a su padre! Hablamos de la apariencia o hablamos de algo más, ¿de su personalidad quizá?. Mucho se ha debatido sobre la complejidad de la transmisión de los caracteres psicológicos a través de las generaciones, y aún no hay un claro consenso. Mientras muchos consideran que está fundamentalmente determinado por la herencia genética existen multitud de estudios sobre gemelos univitelinos (idénticos genéticamente) que parecen demostrar lo contrario, que el ambiente es el máximo responsable de quién y cómo somos.

Hoy quiero comentar un artículo que trata de unificar en cierta manera estas dos nociones. Por un lado contempla el efecto del stress sobre el comportamiento de los individuos sometidos a éste y por el otro cómo este efecto se transmite a través de las generaciones por medio de modificaciones epigenéticas (cambios transitorios sobre la estructura del ADN que tienen su origen en efectos ambientales como stress, determinados compuestos químicos o algunos nutrientes) en la línea germinal (gametos o células reproductoras).

Lo que el grupo de Franklin et al. hizo fue tomar un grupo de ratones y someterles a una experiencia traumática como es la separación de la madre durante el periodo de cría y a continuación analizar los efectos de esta experiencia a varios niveles:
-Primero midieron el grado de afectación “psicológica” mediante una serie de tests que miden depresión, ansiedad y falta de interés, no sólo en los ratones sometidos a stress sino también en ratones resultantes de la cruza/apareamiento de éstos con ratones no “traumatizados” en dos generaciones consecutivas (o sea, que analizaron también a los hijos y nietos de los ratones traumatizados) encontrando que el efecto variaba dependiendo de la generación y del género de los individuos pero que en cualquier caso se transmitía de generación en generación.
El estrés en edades tempranas puede ser origen de ulteriores trastornos psicológicos, incluso heredables
-A continuación, para comprobar si el stress provocaba efectos a nivel genético estudiaron el patrón de metilación de algunos genes específicos relacionados con los comportamientos observados  porque este tipo de cambios se sabe afectan a la expresión génica (activan/inhiben expresión) y lo midieron inicialmente en el esperma de los ratones estresados (F1) porque es estas células donde se manifestaría la heritabilidad de los cambios. La razón por la que eligieron esperma y no óvulos es que la herencia de los déficits de comportamiento asociados al stress parece asociada a los machos que además padecen un fenotipo más fuerte. Las hembras como en el caso de otras enfermedades clásicamente ligadas al sexo (hemofilia) serían , en la mayoría de los casos, meras portadoras. Para valorar la transmisión de los cambios también midieron los índices de metilación en el cerebro de hembras de la segunda generación (F2) y en el esperma de machos de esta misma generación .
Lo que observaron fueron cambios similares en los niveles de metilación del esperma de los machos de F1 y el cerebro de hembras de F2 y un patrón conservado en el esperma de la F2 pero con algunas variaciones que parecen indicar la existencia de mecanismos de reparación.
En conclusión, parece que los efectos de episodios traumáticos en etapas tempranas del desarrollo no sólo son observables en los individuos que los padecen sino que producen una marca a nivel genético que se transmite por generaciones.
Lo más interesante del artículo es, que como proponen los autores, muchos trastornos psiquiátricos y del comportamiento como trastorno límite, trastorno por déficit de atención e hiperactividad, trastornos del ánimo y drogadicción no sólo afectan a personas sometidas a stress sino que aparecen ligadas a la historia familiar durante generaciones. Es más, algunos de los síntomas del modelo como impulsividad, tendencia depresiva o incapacidad de reacción ante el peligro son también característicos de patologías humanas.
A la vista de resultados como éstos parece que la línea que separa la influencia debida al ambiente y la otorgada por herencia genética se hace más difusa, ¿somos quienes somos por cómo nos educan o por cómo educaron a nuestros abuelos?
Yo no se de vosotros pero si algún día decido ser madre prometo dar el biberón a mi bebé siempre a la misma hora no sea que le cause un trauma y en 50 años tenga que ir al psicólogo de mi nieto a dar razón de por qué le gusta fumar porros.
Nota: he intentado por todos los medios encontrar un título equivalente a la expresión inglesa del título pero sin éxito. La traducción literal sería algo así como naturaleza frente a educación. En cualquier caso, espero que tras leer el artículo quede claro a qué me refiero.
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Mala memoria ¿yo?, anda pásame el porro