RV_100501 y yo.

RV_100501. Ése era su nombre oficial. Pero para mí era Nico. ¿Romeo, por qué eres tú Romeo? El era  Nico y, al contrario que a la mayoría de nosotros que recibimos nuestro nombre sin siquiera merecérnoslo, el suyo se lo ganó a pulso. Su nombre era un título honorífico a su afición por intentar robarme los cigarillos que siempre llevaba en el bolsillo y fumárselos a escondidas de tres en tres.

Ya sé que lo nuestro era imposible. Ya sé que no debía. Que iba contra las reglas. Que, además, no estaba destinado a durar mucho. Pero igualmente no pude evitarlo. Me enamoré de él.

Todas las horas compartidas en la sala de juegos, intentando dominar el mecanismo de aquel programa de reconocimiento visual y las veces que compartimos unos tragos para celebrar un éxito. Yo solía elegir una cerveza en tales ocasiones. A él, curiosamente, lo que de verdad le gustaba era el zumo de frutas. Con el tiempo incluso llegué a aprender que si queria motivarlo de verdad, mejor de uva que de manzana y que era un forofo de la música popular. Nada le gustaba más que le cantara la canción de los cinco lobitos. Un poco infantil, lo sé. Pero así es mi Nico.Perdón, ése ERA mi Nico. Y digo era, porque ayer dejó de ser. Tantas horas de trabajo, tanto tiempo compartido aprendiendo juntos y el muy muy…animal va y se asfixia al tragarse la pajita por la que bebia zumo de uva. Su preferido además.Es ahora que Nico ya no está que por fin entiendo por qué en el laboratorio siempre recomiendan no encariñarte con tus “sujetos” . Y es que, cuando los pierdes, no es sólo que con ellos el trabajo de años, tu trabajo de años, se va a la mierda sino que además pierdes a tu mejor colaborador. Por eso el segundo autor de mi gran artículo sera Nico Zumo, porque se lo ganó con cada gota.
D.E.P.
 

*Nota: lo arriba expuesto es ficción. Pero contiene ciertos elementos comunes a la experimentación con animales, en particular primates. No se suele permitir humanizarles, ni ponerles nombre. Y en los experimentos de comportamiento y aprendizaje con primates la recompensa más común es el zumo de frutas.