Perspectivas

El año pasado fue el AÑO. El año en que, por fin, terminé la tesis. Hace relativamente poco de aquello y la verdad es que no me acostumbro a que añadan el doctora delante de mi apellido al llamarme por teléfono o a encontrármelo así escrito cada vez que recibo una carta en este país. Terminar la tesis ha cambiado muchas cosas pero el título en sí, naturalmente no cambia nada. De los mejores cambios ha sido el no tener que volver al lab, no tener que volver a ver o pensar en microscopios o ratones y, lo mejor de lo mejor: volver a tener ganas de leer y escribir sobre ciencia.

Es verdad que no me explayo por aquí pero es que en estos meses he empezado un par de nuevas colaboraciones que además me han servido para completar un poco la asignación del paro y no tener que ponerme con mi querido Doktor Hut, a pedir en la calle.

También es cierto que me tomé unas bien merecidas vacaciones. Un tiempo sólo para mí empleado en hacer una de las cosas que más disfruto en esta vida: viajar. Y lo he hecho sola. En más de una ocasión y desde unos pocos días a casi un mes con la mochila a cuestas. Y de hecho el viajar sola fue en parte, lo mejor de la experiencia. Por fin tiempo para pensar en mí, en lo que quiero, leer todos aquellos libros que estaban esperándome desde hacía meses, hacer lo que me apetecía, cuando quería y sacarme una espinita con mi licencia de buceo. Si lo pienso, casi casi me hace más ilusión ese título que el de doctora 😛

Este año empieza calentito. Tengo un nuevo trabajo, fuera del laboratorio y apartada de la poyata y del cuarto oscuro. Mi primer trabajo “real” y por suerte es un trabajo en el que daré rienda suelta a mis ganas de escribir y de explicar ciencia…a médicos. No soy una ingenua y sé que el “mundo real” poco tiene que ver con lo vivido hasta ahora y que a partir de ahora lo que cuenta no son sólo los hechos, sino quién paga para que esos hechos se conozcan.

En cierta manera, siento que me he vendido, aunque no vaya a trabajar para una farmacéutica -al menos por el momento- pero también es cierto que durante la tesis también sentí que me habían estafado y que me estaba vendiendo por un precio muy muy bajo: el de la ilusión por el conocimiento y el descubrimiento. Después de estos años ya sé que lo que se compra y se vende en la academia es otra cosa. Ahora al menos trabajaré menos, cobraré más y seré dueña de mi tiempo.

Empiezo el mes que viene…ya os iré contando cómo va esta nueva experiencia…y lo mejor de todo es que ¡¡no tengo obligación de quedarme!! En el “open market” y en un país con abundante demanda de personal cualificado en las biociencias, si no te gusta busca algo mejor y cambia!! Aunque con lo aburrido que es mandar currículums espero no tener que ponerme a ello en una temporadina. ¡Deseadme suerte!