Se empático, amigo. (Bruce Lee dixit)

Modificado de ConCiencia 2007 (Universidad Santiago Compostela)
Escribir sobre ciencia no es fácil. Ya mencioné en un post anterior algunas razones por las que es así, hoy quiero profundizar en el tema de la dificultad de escribir ciencia divulgativa.
He tenido oportunidad de leer un manual de iniciación a la neurociencia editado por el FECYT en 2007 (año de la ciencia) titulado “Viaje al Universo Neuronal”  y que describe sus objetivos como:

“… (una) doble aspiracion: servir de material de apoyo al profesorado de enseñanza secundaria y contribuir a incrementar entre nuestros estudiantes el interés por la ciencia.”

El libro empieza con un capítulo dedicado a dar una imagen en cifras de lo que comporta el cerebro. Bien empezamos…con números. Números que sin contexto no dan demasiada información y tampoco resultan extremadamente atractivos (los números sin historia no emocionan, si no vean cualquier telediario, es lo que  se conoce como el efecto de la víctima reconocible) que, además, en algunos casos hacen referencia a comparativas entre partes del cerebro que ¡ni siquiera han sido definidas aún!
Por si no fueran suficientes datos, además hay unos recuadros que incluyen información anecdótica diversa en la que de nuevo aparece terminología específica por vez primera.
Así, la situación es la siguiente, el lector llega a la página 16 del manual y ha tenido que referirse al glosario o avanzar y volver atrás para encontrar el significado de lo leído al menos 10 veces….hmmm dada la capacidad de fijar la atención de un adolescente con las hormonas alteradas sinceramente no creo que continúe mucho más adelante…y sería una lástima porque el manual es un compendio bastante completo de lo que es la neurociencia y del estado del conocimiento actual en el campo que realmente vale la pena.
Como científicos estamos acostumbrados a un cierto tipo de lenguaje, rico en tecnicismos y términos  específicos así como a dar por sentada la comprensión de conceptos “básicos”. Por ejemplo, en una conversación entre científicos o personas con un determinado nivel de conocimiento científico-biológico a nadie se le ocurriría la necesidad de tener que explicar qué es un gen. Sin embargo, en una sociedad donde las ciencias no entran en el contenido curricular de muchos estudiantes de instituto (según parece a la vista de quienes organizan los contenidos de los programas educativos compatibilizar el estudio de humanidades y ciencias es una sinrazón) y donde todo lo que huela a ciencia simplemente produce indiferencia por desconocimiento; asumir que una persona fuera de un entorno científicamente ¨cultivado¨ conoce el significado de la palabra gen puede resultar, cuando menos, atrevido.
No creo que la dificultad de comunicar Ciencia radique en que la sociedad no esté preparada para aprender, ni que no quiera saber más sobre el tema (si hay algo que despierta curiosidad en la gente es una pregunta aparentemente sin respuesta) pero si es cierto que no es una tarea fácil de emprender y menos aún si a la mínima de cambio le vuelven a uno loco con “palabros” que no dicen nada. Simplemente imagina cómo te sientes cada vez que te encuentras delante de un texto burocrático/legal…como si te hablaran en chino ¿verdad? pues es lo mismo que le ocurre a una persona ¨naïve¨ en Ciencias.
Cuando se plantea una estrategia de comunicación, una de las primeras cosas a valorar es el tipo de audiencia a quien va dirigido. Hay que hacer uso de la empatía, poner a funcionar esas neuronas-espejo* y no parar hasta encontrar la forma adecuada de expresar una idea de modo inteligible. Un momento….¿lo habeis notado? acabo de daros un claro ejemplo de lo que NO se debe hacer cuando se escribe para no expertos, he empleado un término que no he definido como si tal cosa, asumiendo su comprensión de manera implícita.Y es que ponerse en el lugar del otro no es sencillo, la tendencia natural, al menos entre la gente de “ciencia” es poner al otro en nuestro lugar y asumir que comparten nuestros conocimientos o puntos de vista (de hecho este comportamiento puede alcanzar el grado de patología en la llamada enfermedad de Asperger, un trastorno de espectro autístico).
Al final la mejor estrategia para asegurarnos del éxito de nuestra estrategia de comunicación es contar con la opinión de esas personas a las que dirigimos nuestro esfuerzo y mejorar gracias a ella. Así que por favor, ¡¡opinad!!
P.D. Los 10 primeros comentarios tienen premio. Ey, nadie habló de la ética del chantaje 😉
P.D.2 Un poco de humor no está de más, en referencia al título véase el vídeo original, para los que prefieran el vino al agua, la versión de Vaya Semanita.
* las neuronas-espejo son unas neuronas (células) especiales de nuestro cerebro que se encienden cuando realizamos una acción pero también cuando vemos a alguien realizar dicha acción y que están intimamente relacionadas con el fenómeno de la empatía (ponerse en el lugar del otro), de hecho en personas con autismo, que tienen problemas de comunicación y relación social,  estas neuronas no se encienden de la misma manera.