Ética profesional

Acabo de leer una noticia en El País que me ha dejado alucinada. Parece ser que durante meses una guía editada por la Fundación Investigación y Educación en SIDA (IES) y firmada por algunos médicos del hospital Carlos III de Madrid fue ¿distribuída? en este hospital aparentemente sin el conocimiento de la autoridad hospitalaria. Sinceramente, no me importaría mucho el hecho de que un grupo de médicos difunda un panfleto sin autorización sino fuera porque éste en concreto preconiza la abstinencia como único freno eficaz a la transmisión del SIDA al tiempo que niega la eficacia del preservativo: aquí ya entramos en conflicto.

La propaganda del panfleto exuda un tufillo religioso que asusta la verdad, porque estos señores amparándose en su posición de superioridad (doctor todopoderosoquetodolosabe) están promocionando SU verdad de una forma velada, utilizando argumentos pseudocientíficos para apoyar sus creencias sin tener en cuenta aspectos tan importantes en la comunicación científica como la rigurosidad o la ética.Médicos, científicos…todos tienen derecho a expresar (a título personal) sus propias opiniones, a defender sus creencias y a obrar en consecuencia pero no pueden olvidar que su ética profesional va más allá. Su deber para con la sociedad estriba en ofrecer una información veraz, completa y desinteresada independiente de las posiciones personales de cada uno.

Porque si cada médico obrara como estos cinco amiguetes del Carlos III… si a uno, pongamos, su religión (puede ser una como la cienciología, colmo de la estulticia) le prohíbe tomar el sol ,éste médico dejará toda su ética profesional en casa para asegurarle que no hay ningún método de protección efectiva frente a la radiación ultravioleta que no sea quedarse en casa (rezando, a ser posible)….parece una exageración, pero este caso también se da frecuentemente en cuanto a temas de planificación familiar ¿creen que los jóvenes van a rendir sus hormonas y a aceptar la castidad para evitar un embarazo? la prueba: en España cada año hay una media de 18.000 embarazos no deseados en adolescentes menores de 19 años.