¿A qué duelen las cosas que no duelen?

Tristeza. La siento como una suerte de presión tras los ojos, como una fuerza líquida que pugna por salir y derramarse en miles, millones de gotas y resbalar cara abajo dejando a su paso un reguero de maquillaje emborronado.

¿Por qué esta pena? La razón permanece oculta, impenetrable a ese metanálisis que llamamos conciencia. Llevo días revolviendo en el cajón de los sentimientos, de las emociones y sopesando las causas que podrían sustentar todos y cada uno de ellos para poder rearmar el puzzle sin éxito.

¿Será miedo? ¿Depresión otoñal? ¿Cómo andan mis hormonas? o quizá sea pura desazón por lo perdido. ¡Qué se yo! Yo sólo se que me cuesta hasta respirar, que mantener los ojos abiertos se lleva casi toda la escasa energía de que dispone mi cuerpo  y que sólo quiero dejar atrás esta sensación y poder volver a accionar esos músculos alrededor de la boca que ahora yacen inertes, laxos, como si no se supieran capaces de gestionar una sonrisa.

Quizá sea sólo efecto del cansancio. Puro agotamiento físico que se deja sentir en las meninges y extingue también la capacidad de control emocional. Quizá esté sufriendo de los efectos psicológicos del acortamiento de los días, o tenga síndrome premenstrual (SPM). Aunque no, esto seguro que no porque acaban de publicar un metaestudio que dice no encontrar relación entre la alteración de los estados del ánimo y el SPM.

Igual tiene más que ver con lo que tienen que ver mis ojos doloridos, con lo que tienen que oir mis oídos cansados de tanto sinsentido y con lo que tiene que callar mi boca a falta de a quien gritar.

La realidad es que no se el por qué pero tampoco tengo claro que importe mucho. Lo único que se es que últimamente me duele la Ciencia.

2 thoughts on “¿A qué duelen las cosas que no duelen?

  1. En fin… aunque suene extraño,
    daría lo que fuera por darte un abrazo, con la firme convicción de que aliviaría tu carga.
    No estás en un mundo fácil… donde el conocimiento pugna con el interés, donde la verdad no siempre es suficiente y la justicia está tan perdida como en otras facetas del hombre.
    En fin… no es mucho, pero si alguna vez necesitas ser escuchada, avísame y pongo el Skype y lo hago, de corazón, el tiempo necesario.
    Atentamente:

    Un extraño 😛

    1. Gracias por el apoyo…y tranquilo, en estos momentos las cosas no están tan mal. A una semana vista de mis (a mis ojos) merecidas vacaciones el cielo se ve más azul y siempre puedo coger la bici y soltar unos cuántos improperios en español al primer peatón inconsciente que encuentre en mi camino para liberarme.
      Que tengas un buen finde,
      R

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