
Pero no es suficiente ser riguroso el blog también ha de resultar interesante, a veces polémico, y en el mejor de los casos suscitar una idea o dos en el lector. Al menos esa es mi opinión.
Sin embargo, los criterios que definen un buen blog son tan diferentes como lo son quienes los siguen. Algunos prefieren blogs polémicos (un buen ejemplo lo constituyen los blogs proevolución véase pharyngula), otros aquellos de alto nivel científico (en neurociencia uno de mis favoritos es neurophilosophy) y otros buscan variedad tanto de contenidos como de opiniones (badscience). En general, una temática y un estilo que genere empatía en los lectores es clave para un blog de éxito.
La razón del éxito del blog como medio ideal de comunicación científica por encima de publicaciones como la revista Seed es que ofrece una comunicación directa con el lector al tiempo que ofrece infinidad de posibilidades tanto temáticas como de estilo, derivadas de la libertad que ofrece Internet. Las ataduras editoriales no existen, no hay censura y el contenido de cada blog viene dado únicamente por las preferencias de su autor.
Así pueden encontrarse en la red una plétora de blogs que tratan sobre ciencia o aspectos sociales relacionados con ella (creacionismo vs evolución, aceptación social de cultivos transgénicos…) y que en muchos casos también constituyen una útil plataforma para la divulgación de nuevos descubrimientos en un modo más accesible que el formato de publicación científica.
Dado que el blog refleja en gran medida la personalidad de quién lo escribe y en este caso la autora padece un serio problema de falta de atención, la temática a tratar en el futuro será variada aunque por degeneración profesional muchos artículos estén relacionados con neurociencia. El estilo será divulgativo ya que, a mi entender es necesario que la Ciencia se haga más accesible a la sociedad para así avanzar.
El tiempo dirá si consigo cumplir (siquiera en parte) con lo arriba expuesto, pero creo que vale la pena intentarlo.
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thanks 😉