¡Arriba las mujeres!

Bildergebnis für 8m 2018 españaUn par de días después del histórico día 8M en España, vengo dejar un par de reflexiones sobre el tema, que da para mucho.

Creo que desde que tengo uso de razón me han llamado feminista con desprecio, porque me parecía injusto  que mi hermano no se hiciera la cama o que mi padre se quedara sentado a la mesa mientras mi hermana y madre y yo lo servíamos…como debe ser.

Curiosamente, mi padre jamás se hubiera considerado machista pues siempre defendió que sus hijas debían ser independientes de los hombres: tener carnet de conducir, estudios y su propio trabajo. Pero la mesa la ponen ellas.

Supongo que esta desconexión entre conceptos machistas y feministas tiene lugar en las cabezas de muchos hombres, pero aunque a ellos les puedan quedar dudas, siguen siendo machistas. Como los nuevos machistas blandos, que te dicen que “te ayudan en casa”, sin ver que realmente las tareas de casa son tan tuyas como suyas y se ofenden si les haces ver que no te están haciendo un favor…

Pero todo esto son niñerías, son pequeñeces de andar por casa, los micro-machismos de los que también nos quejamos porque los sufrimos todos los días aunque a muchos les cueste verlos. Lo chungo es el techo de cristal, el que te ninguneen a diario por carecer de un cromosoma chiquitito y de un colgante entre las piernas, que tu trabajo esté peor valorado e infinitamente peor pagado que el de ellos, y que encima tengas que estar agradecida porque te dejen estar presente en reuniones importantes…aunque sea sólo para asentir y sonreír. Porque estas cosas no son imágenes en blanco y negro de un pasado ya superado. Yo he sufrido estas y muchas otras situaciones que no habrían sucedido de no ser mujer. De no ser mujer, no me habrían hecho la vida imposible por quedarme embarazada y ahora no tendría que volverme loca buscando un nuevo trabajo al tiempo que me dedico por entero a mi bebé, que es por supuesto lo que me toca, que para eso lo he parido ¿no?

Y para colmo, ahora salen de debajo de las piedras un montón de hombres de los que dicen apoyar la causa pero que en sus vidas diarias son un ejemplo perfecto de lo que hace un par de días denunciaban millones de mujeres en la calle, de invisibilizarnos poniendo el foco en lo que ELLOS piensan, en lo que ELLOS hacen y en lo que ELLOS creen. Es hora de reclamar lo que es nuestro, hora de salir a la palestra y recibir los laureles por el trabajo, el esfuerzo y la valía que tenemos TODAS.

Me siento orgullosa de todas las mujeres que pararon el jueves, orgullosa de su valor (especialmente sabiendo cómo está el patio laboral por España) y de sus principios; y triste por todas aquellas que aún no han abierto los ojos y no se han dado cuenta de que la causa feminista no es la causa de unas pocas locas quema-sujetadores-odia-hombres sino la lucha de todas por lo que es justo, por lo que es nuestro.