El lado oscuro del microbioma.

Variedades bacterianas que pueden encontrarse en nuestra saliva. Con sus proporciones.

Unos de los problemas que nuestra sociedad enfrenta es la degradación de la biodiversidad. Y por una vez no me refiero a la de ecosistemas marinos, ni a la del Amazonas. Hablo de nuestro microbioma o microbiota, a quien ya presentamos con detenimiento aquí.

Las causas fundamentales de la degeneración de este, hasta hace no demasiado, rico ecosistema, son la dieta -rica en grasas, carne y productos altamente procesados- y el abuso de antibióticos. La razón por la que debería preocuparnos estar destruyendo a esa otra parte del multiorganismo que somos es que alterar el balance de la microbiota intestinal se ha demostrado que está asociado con problemas que van desde una mayor susceptibilidad hacia procesos infecciosos o a trastornos de tipo autoinmune como las alergias o incluso la artritis reumatoide, al incremento de peso o el desarrollo de cardiopatías o cáncer de colon, entre otros.*
Quizá resulte difícil entender porqué deshacernos de un montón de bacterias -y virus y algún hongo- es un problema, al fin y al cabo todos crecimos viendo La Vida es Así y ahí quedaba muy claro que los bichos esos pequeños de nariz roja eran muy pero que muy malos. Sin embargo, es fácil de comprender cuando se plantea como una partida de Risk. Si tu intestino está colonizado por una variedad suficiente de bacterias todos los nichos estan cubiertos y ninguna de las poblaciones sobrepasa un nivel excesivo, la microbiota se mantiene estable en el tiempo, y todo funciona como debe. Si por contra un tratamiento con antibióticos hace desaparecer parte de esos grupos, un nuevo microbio-invasor quizá no tan beneficioso puede ocupar su lugar y, por ejemplo, dar lugar a una reacción inflamatoria o a un proceso infeccioso tipo diarrea-chiringuito-de-verano.
El caso del tratamiento abusivo con antibióticos que descojona el equilibrio de nuestra flora es un caso quizá un tanto extremo, pero los efectos de una dieta insana -léase aquí carnívoro fiel al fast food– conlleva una flora intestinal poco variada, lo que se ha visto correlaciona con mayor resistencia a la insulina, mayores índices proinflamatorios y otros síntomas de enfermedades de tipo metabólico (1). Además, como ya mencionamos antes, alteraciones en el microbioma se han visto asociadas a la obesidad. Sin embargo aún es pronto para saber con certeza quién llamó a quién.
Ese eres tú también. Un conjunto de seres vivos.

Pero los efectos negativos de una flora intestinal regulera no se quedan en la cintura. Resulta que una de las interacciones de mayor importancia de estas bacterias con nuestro organismo es a través del sistema inmune. Hace poco se ha encontrado que personas que sufren de artritis reumatoide tienen en común una bacteria, la Prevotella copri, que podría ser responsable de desencadenar la respuesta autoinmune que provoca la artritis. En ratones se ha visto que sembrando sus intestinos con esta bacteria se produce inflamación local pero no se han visto lesiones como en humanos, lo que indica la necesidad de seguir estudiando para ahondar en la comprensión de la interacción microbiota-sistema inmune (2). Además otro estudio investigó los efectos que el tratamiento con antibióticos y la posterior colonización del intestino por la levadura Candida albicans tiene sobre las alergias en ratones, donde se observó que en pulmón se daba una leve reacción alérgica al moho (otro tipo de hongo) además de desarrollar alergia a la proteína de la clara de huevo, así que parece que el exceso de antibióticos pudiera tener un efecto extra sobre nuestro sistema inmune a través de la flora intestinal. Es importante mencionar, que el exceso de antibióticos no es la única causa del aumento de alergias, el exceso de limpieza impide que nuestro sistema inmune aprenda a detectar a los malos (antígenos) y reaccione en consecuencia (3).

Otra manera de vernos…

Por otro lado, y como comentamos en el artículo introductorio, nuestro comportamiento también podría verse influenciado por nuestras tripas, en tanto en cuanto se ha visto que, por ejemplo, la alteración de la flora intestinal de ratones tras el tratamiento con antibióticos produce cambios en el comportamiento y en la expresión de BDNF, un factor de crecimiento neuronal, en el hipocampo (área cerebral implicada en memoria, entre otras) (4) . Una de las observaciones más impactantes es que en ratones tras la infección con un patógeno intestinal los que cuentan con una flora intestinal normal experimentan problemas de memoria en situaciones de estrés, léase evitar caer al agua desde una pequeña plataforma, y que el tratamiento con probióticos previene esa pérdida de memoria asociada a estrés. Curiosamente, ratones con un colon limpio, o sea sin flora intestinal, tienen problemas de memoria con y sin estrés tras la infección, lo que parece resaltar la existencia de un eje flora intestinal-cerebro (7). Por si fuera poco, la microbiota intestinal podría ser especialmente importante durante las primeras fases de desarrollo del sistema nervioso tras el parto. Se ha observado que tiene influencia en el establecimiento de los niveles correctos de ciertos neurotransmisores como la serotonina (6), en que se basan muchos de los tratamientos antidepresivos en el mercado hoy día, así como en el desarrollo de trastornos por ansiedad (5). De hecho, ya se han hecho ensayos clínicos en ratas y en humanos para comprobar el efecto del tratamiento con probióticos (bacterias de las especies Lactobacillus helveticus y Bifidobacterium longum) como ansiolíticos (6). Y parece que funcionan puesto que se han conseguido mejoras significativas respecto a placebo en una escala de síntomas depresivos (n=55 pacientes p-value<0.05).

Si con todo lo que os he contado aún os cuesta creer que una flora bacteriana rica es sinónimo de salud aquí un último botón de prueba: ¿la mejor solución para ciertas infecciones? Un transplante de heces. Como en el caso del tratamiento contra el patógeno Clostridium difficile que acarrea diarreas frecuentes y es resistente a los antibióticos, y que ya explicó P.Estupinyá aquí. Por desagradable que pueda resultar la flora sana del donante es capaz de desplazar a los invasores y devolver el equilibrio a nuestros maltrechos intestinos.
El microbioma probablemente seguirá siendo noticia en los próximos meses -y años- y conforme se vaya sabiendo más sobre los mecanismos en que nuestra microbiota nos influye será posible evitar algunos de los efectos negativos de esta interacción y potenciar los positivos al favorecer, por ejemplo, la presencia de ciertos microbios en nuestra flora, haciendo de nuestro propio ecosistema el ejemplo perfecto de simbiosis.
*Las referencias sobre lo comentado en este párrafo aparecen reseñadas aquí

4 thoughts on “El lado oscuro del microbioma.

    1. Gracias!! Me alegro que te guste. Y de verte de nuevo por aquí 🙂

  1. Tengo artritis y me gustaría hacerme analitica para comprobar si ten la bacteria prebotella copri en niveles altos
    Que tipo de analitica
    Luego que clase de medico reumatologo no, me dan metrotexato y no mejoro, al contrario me encuentro peor,
    Yo creo que es posible que la bacteria prebotella copri pueda ser una de las
    Causas de la artritis,
    Pero que clase de medico me va a recetar el medicamento apropiado
    La artritis es una alteración sistema in inmunitario, solo se limitan ha decir
    Que no tiene cura realmente con tanto medico que hay es un poco vergonzoso, mucha gente sufre esta enfermedad, seguro que le pregunto a mi reumatologo, si es posible que la bacteria provotella copri pueda tener algo que ver con artritis reumatoide, y me contesta que no.

    1. Hola Mari Carmen, la única manera de saber si pertenecieras al grupo que tiene esa bacteria sería haciendo un análisis genético de heces, el problema es que incluso aunque te lo hicieran hasta ahora lo único que se sabe es que existe una correlación entre la presencia de esta bacteria y la artritis. Aún es pronto para decir si es la bacteria quien la causa. En el artículo que menciono, los experimentos en ratones parecen sugerir que es el caso, pero aún no existe tratamiento en humanos basado en estos descubrimientos. Incluso aunque te encontraran la bacteria es difícil que pudieran resolverte el problema de una manera fácil o rápida.
      El problema de la transferencia de los hallazgos experimentales a la medicina es que son lentos. Es normal que tu médico no sepa o rechace esta opción porque es un hallazgo muy reciente.
      Siento que no pueda decirte más, pero es que tampoco soy experta en el tema. ¡Ánimo!

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