La ley del mínimo esfuerzo tiene dopamina como denominador

Lazy stanceHasta hace poco pensaba que trabajaba con un alien. Y es que me resultaba casi imposible creer que alguien fuera capaz de pasar casi 12 horas absolutamente concentrado en su pantalla de ordenador, sin siquiera parpadear y sin distraerse. Ahora, a la vista de este trabajo que paso a comentaros, quizá tenga que replantearme mi juicio. Es sólo que la dopamina de su cerebro le permite trabajar más por la misma (y costosa) recompensa.

Que todos no somos iguales, ya no sorprende a nadie, espero. Y esto se extiende a la manera en que nuestro cerebro funciona y sus mensajeros, los neurotransmisores, ejercen su acción. Hoy hablamos de dopamina, que es el neurotransmisor por excelencia cuando se habla de adicción, de Parkinson, de motivación y recompensa…Y es en relación a esto último que vamos a hablar aquí.

Lo que Treadway y cía hicieron en su trabajo publicado en mayo en el Journal of Neuroscience fue darle a un grupo de personas una tarea muuuuuuuy sencilla: presionar un botón. Aunque no siempre de la misma manera, unas más tediosas que otras. Por ejemplo, presionar un botón con el meñique 100 veces en 21 segundos o 30 veces en 7s con el índice. Obviamente, la primera tarea es bastante más engorrosa que la segunda. Y por cada tarea resuelta, los sujetos recibían una recompensa (¿quién ha dicho de trabajar gratis?) de cuantía variable dependiendo de la dificultad de la tarea de 1-4$. El quid de la cuestión estaba en que cada uno debía elegir una combinación de tareas de alto y bajo esfuerzo, que es un indicador de su capacidad de trabajo por la recompensa, ergo motivación.

(84/365) I pressed the button... nothing happened :(
Por supuesto, de poco sirve tener a esta pobre gente haciendo esto si no puedes ver qué está haciendo su cerebro mientras tanto, por eso los investigadores utilizaron PET (tomografía por emisión positrones) una técnica que permite “ver” la utilización de ciertos metabolitos, y en este caso, las áreas de actividad mediada por dopamina.

Lo que encontraron fue lo siguiente. No todos somos iguales. Resulta que aquellas personas que trabajaron más duro por la recompensa, esto es, las que agotaron el meñique, mostraban una mayor actividad de dopamina en áreas cerebrales relacionadas con la recompensa (striatum y el cortex prefrontal en la región ventromedial). SIn embargo, los que preferían tirar por el camino fácil mostraban una región de activación dopaminérgica localizada en un área relacionada con la percepción del riesgo y las emociones negativas (la ínsula). De hecho, es la relación entre la activación de estas dos zonas, el striatum y la ínsula, la que “decide” si te compras ese par de zapatos de rebajas o lo dejas para otra ocasión.

Lo importante de esta historia es que ya que no somos iguales, las terapias farmacológicas dirigidas a alterar el comportamiento de las redes neuronales basadas en X o Y neurotransmisor tendrán efectos diferentes según el paciente, y esto debería ser algo a tener en cuenta al diseñar un tratamiento farmacológico específico. Eso, y que o bien el doctorado no es una recompensa lo bastante atractiva para mí o mi ínsula está hiperactiva en horas de trabajo 😛

 

2 thoughts on “La ley del mínimo esfuerzo tiene dopamina como denominador

  1. Bueno, sacarse el doctorado es duro y tedioso, es normal que a veces estés de bajón y a otros, que creo que más bien les va el sado, se pasan horas y horas, eso no puede ser sano.
    Muy interesante tu post y otra explicación más para cortar a la gente jaajajaja

  2. Acabo de obtener una visión más amplia de “por qué” no tengo ganas de estudiar a veces.

    Interesante reflexión la del diseño del tratamiento farmacológico.

Comments are closed.