Me dijiste
-¡Vení!-
y corrí por las calles de la ciudad hasta encontrarte.
Me retaste
-¡Vení!-
y crucé aquel inseguro puente.
Me suplicaste
-¡Vení!-
y atravesé dos continentes para poder verte.
Te pedí
-¡Vení!-
y no pudiste dar siquiera un paso.
Entonces callé
y ya no quedó sino silencio.
“Entonces callé”… genial
Buen finde niña